Conceptos como desarrollo sostenible o responsabilidad social corporativa son de uso cada vez más frecuente en el ámbito empresarial, de ahí la importancia de conocer qué es el cambio climático y cómo contribuir a frenarlo.
Abrirse a nuevos mercados, en los que los requisitos en cuanto a calidad y respeto medioambiental son elevados, exige apostar por sistemas de gestión específicos, ideados, desarrollados y auditados por profesionales.
Preservar el entorno a partir de la puesta en marcha de iniciativas encaminadas hacia la sostenibilidad de los recursos, exige conocer en profundidad las claves para una gestión integral del medio ambiente.
El desarrollo sostenible es una prioridad en el ámbito internacional, de ahí que el sector empresarial deba establecer mecanismos para poder certificar que su gestión medioambiental es la adecuada.
La Evaluación del Impacto Ambiental, la Evaluación Ambiental Estratégica y la Autorización Ambiental Integrada son las medidas más significativas a nivel estatal en cuanto a la protección medioambiental.
El Análisis del Ciclo de Vida es una herramienta de gestión a partir de la que proponer estrategias medioambientales que ayuden a disminuir costes asociados a los consumos energéticos y de materiales.
La degradación del suelo representa una preocupación significativa tanto para el ecosistema como para el desarrollo económico, ya que afecta negativamente la viabilidad de actividades agropecuarias y puede comprometer el funcionamiento adecuado de infraestructuras hidráulicas.
La incidencia de la acción humana sobre el medio ambiente hace exigible un mayor compromiso con la protección del entorno, de ahí que cada vez sean más las empresas comprometidas con la implantación de SGA.
La contaminación medioambiental ha de ser abordada desde un prisma global, que propicie una reducción sustancial de la misma y también del impacto que genera sobre el entorno y sobre quienes lo habitan.
Las normativas en cuanto a contaminación atmosférica y acústica ligada a la actividad empresarial son cada vez más rígidas; de ahí que sea preciso conocerlas antes de iniciar una actividad potencialmente contaminante.
Su impacto sobre la salud humana y el entorno hacen imprescindible extremar las precauciones en cuanto a vertidos industriales y usos de la tierra para prevenir la contaminación del suelo y de las aguas.
Acumular residuos en vertederos o incinerarlos genera gases tóxicos y produce filtraciones de metales pesados y toxinas al suelo y emisiones a la atmósfera, lo que exige medidas estrictas para limitar el impacto ambiental.
Aquellas organizaciones que apuesten por implantar un Sistema de Gestión Medioambiental pueden obtener el reconocimiento comunitario EMAS, cuyo reglamento tiene en cuenta la ecogestión y la ecoauditoría.
Sentar las bases para una correcta gestión de los espacios naturales es fundamental para favorecer su conservación y un aprovechamiento óptimo de los recursos forestales y faunísticos existentes.
La eficiencia de las organizaciones se evalúa desde la perspectiva de los accionistas, de la empresa, de la sociedad y de las futuras generaciones. Por tanto, es prioritario cuidar la responsabilidad social corporativa.
Organizaciones públicas y privadas son conscientes de la necesidad de idear e implementar estrategias de sostenibilidad, en términos de economía y desarrollo, por lo que están incorporando esta tarea a sus agendas.
La constatación de los devastadores efectos de la contaminación sobre el clima ha derivado en una normativa más estricta en materia preventiva en todos los sectores, incluido el de la Conservación y Explotación de Carreteras.
El cálculo de la huella de carbono permite evaluar qué características o procesos de una organización tienen efectos sobre el cambio climático y, por ende, contribuye a reducir el impacto ambiental.
La apuesta por la mejora continua, imprescindible en el mercado actual, obliga a las organizaciones a mejorar e integrar sus sistemas de gestión, algo para lo que resultó determinante la publicación del Anexo SL.
La sostenibilidad medioambiental y económica exige apostar por una adecuada gestión de los residuos que se generan, especialmente si estos son peligrosos o cuentan en su composición con materiales dañinos.
Prevenir y reducir el impacto que sobre el medio ambiente tienen los envases y la gestión de sus residuos a lo largo de su ciclo de vida exige considerar los principios, objetivos y mecanismos establecidos al respecto.
La correcta gestión de residuos es fundamental para asegurar unas condiciones de trabajo apropiadas, y cumple un papel esencial en la aplicación de los criterios de calidad y gestión medioambiental del laboratorio.
La Norma UNE- EN ISO/IEC 17025 , creada para los laboratorios de ensayo y calibración para el desarrollo de los sistemas de gestión de actividades de calidad, administrativas y técnicas. Facilita la armonización de los criterios de calidad y la validez de sus resultados analíticos.
Avanzar hacia la calidad total y, con ella, hacia la excelencia constituye el objetivo principal de las organizaciones más modernas, que tienen en el Modelo EFQM una herramienta especialmente útil para lograrlo.
La sensibilización ambiental se basa en crear una filosofía basada en el respeto, conservación, cuidado y protección del planeta y haciendo un uso sostenible de los recursos naturales que tenemos disponibles.
Los establecimientos de hostelería son conscientes de la necesidad de idear e implementar estrategias de sostenibilidad, en términos de economía y desarrollo, por lo que están incorporando esta tarea a sus agendas.
Conoceremos las prácticas sostenibles en la construcción, identificando los RCD (Residuos Generados en la Construcción) para su eficiente administración y optimizando los recursos de los que disponemos.
Aprende a gestionar de forma eficiente y responsable los residuos generados en el ámbito sanitario, abarcando desde hospitales y centros médicos hasta laboratorios de investigación y experimentación, asegurando el cumplimiento normativo.