El disfrute de las áreas de esparcimiento públicas y privadas depende, en buena medida, de una óptima protección de la flora con respecto a los posibles daños producidos por la acción de plagas.
Decantarse por el riego por goteo mejora la rentabilidad de los recursos hídricos, pues limita la evaporación del agua; y evita problemas derivados del escurrimiento o percolación profunda en suelo limoso.
Tanto el injerto como la poda son las claves para mejorar la productividad de los árboles y lograr que sus frutos reúnan las características en cuanto a calibre y calidad necesarias para su comercialización.
Atender a la demanda de los consumidores exige optimizar las condiciones de producción agrícola, a fin de poder abastecer a los mercados; y esto exige contar con invernaderos adecuados a cada zona y cultivo.