Los estados financieros o cuentas anuales ponen de manifiesto la situación económica y financiera de la organización a la que se refieren, pues estos informes financieros, conocidos también como estados contables, muestran los cambios experimentados a una fecha o periodo determinado; y, atendiendo a la contabilidad tradicional, se caracterizan por expresarse como una unidad económica que indica la salud financiera de una empresa.
Si una sociedad posee una participación mayoritaria en el capital de otra, los estados financieros individuales pierden parte de su utilidad para reflejar la situación económica, financiera y patrimonial de aquella, ya que, si una sociedad posee el 100 por 100 del capital de otra, económicamente se trata de una misma empresa y su verdadera situación no se refleja adecuadamente mediante la simple constancia en el balance de la sociedad tenedora (aquella con inversiones permanentes en otras) del coste de participación en otra u otras. De ahí la necesidad de proceder a la consolidación de estados financieros, una técnica contable que sirve para elaborar cuentas anuales únicas, que engloben los datos de un grupo de sociedades y sinteticen, en una visión única, la situación patrimonial, económica y financiera correspondiente a las cuentas de diferentes organizaciones interrelacionadas que constituyen grupo. La situación se muestra, por tanto, desde el punto de vista económico, olvidando su autonomía desde una perspectiva jurídica.
Para los interesados (administradores y accionistas) en la sociedad dominante o controladora del grupo (que controla a una o más subsidiarias y que puede decidir sus políticas financieras y de operación), resultan fundamentales los estados financieros consolidados, pues presentan en forma consolidada la situación financiera, los resultados, los cambios en el capital contable y los flujos de efectivo de la entidad controladora y de sus subsidiarias, también conocidas como dependientes o dominadas. Además, la normativa mercantil y fiscal suele recoger la existencia de grupos de sociedades y establecer la obligación de formular estados financieros consolidados, debido a que la información contable individual de cada integrante del grupo es insuficiente para mostrar la realidad económica y financiera del mismo.
Para tener capacidad para gobernar políticas de operación y financieras de una empresa y beneficiarse así de sus actividades, es necerario que la organización dominante sea propietaria de:
El procedimiento de consolidación de estados financieros de dos o más entidades exige un estudio preliminar de las subsidiarias, cuyos estados financieros habrán de consolidarse para conocer la naturaleza de las mismas; y unificar, de ser viable, los catálogos de cuentas de la controladora y sus subsidiarias, para facilitar el proceso. Además, es importante que los estados financieros individuales se encuentren dictaminados, a fin de tener una mayor seguridad sobre las cifras que se presenten en los estados financieros; y es necesaria la conciliación entre las cuentas corrientes y/o recíprocas entre las empresas del grupo.
Tras la aprobación de las nuevas Normas para la Formulación de las Cuentas Anuales Consolidadas, conforme al Plan General de Contabilidad de 2010, en este curso se analiza la formulación de los estados financieros consolidados de acuerdo con el Real Decreto 1159/2010, de 17 de septiembre, y las modificaciones que se derivan de las siguientes Normas Internacionales de Contabilidad:
Al finalizar el curso, el alumno estará capacitado para:
Para la realización de este curso se requieren de conocimientos altos de contabilidad y gestión de balances.
Este curso está pensado especialmente para contables, directores administrativos o financieros, consultores, asesores y cualquier persona interesada en comprender las cuentas consolidadas de los grupos empresariales.