Una apuesta decidida por la seguridad en el tráfico exige por parte de las administraciones y de los propietarios o concesionarios de la explotación de las infraestructuras viarias un mantenimiento exhaustivo de las mismas, a fin de garantizar su óptima conservación y evitar, así, posibles incidencias derivadas de un estado inadecuado de las carreteras, sean estas interurbanas (en las que predomina el tráfico de vehículos, muchos de los cuales cubren largas distancias) o urbanas (de corta distancia, en las que es factible que se permita la circulación de vehículos y de peatones).
Dichas vías constituyen, junto con los caminos, la red viaria estatal, que registra cada año incrementos en cuanto al número de desplazamientos, tal y como se constata atendiendo a las cifras que maneja la Dirección General de Tráfico. De ello se deduce que conforman la principal infraestructura de transporte terrestre en España, al contar, además, con la red construida más amplia, tal y como se puede confirmar a partir de los datos que aporta el Ministerio de Fomento, que, a 31 de diciembre de 2016, especificaba que la red de carreteras de España tenía ya 165.483 kilómetros. De estos, 26.395 estaban administrados por dicho organismo y recogían el 51,7 por ciento del tráfico total y el 64,6% del tráfico pesado; 71.291 kilómetros estaban gestionados por las comunidades autónomas y soportaban el 42,7 por ciento de la circulación; y 67.797 dependían de las diputaciones y albergaban el 5,5 por ciento del tráfico restante.
De la totalidad de la red, 17.109 kilómetros se correspondían además, según datos del ministerio, con vías de gran capacidad (autopistas de peaje, autopistas libres, autovías y carreteras multicarril), de los cuales 11.957 kilómetros pertenecían a la Red de Carreteras del Estado (RCE) y, por tanto, estaban administradas por el Ministerio de Fomento.
Asimismo, 11.355 kilómetros de viario dependen de otros organismos; y, a mayores, la gestión y conservación de otros 489.698 kilómetros corresponde a los ayuntamientos, según la última medición oficial (datada en 1998), en la que se especificaba que, de estos, 361.517 eran interurbanos.
Dada su amplitud y el número de desplazamientos anuales que soportan, mantener estas infraestructuras en óptimas condiciones de uso, favoreciendo con ello la seguridad y la fluidez del tráfico, exige contar con profesionales que dominen las distintas técnicas de conservación y gestión de la explotación de carreteras a fin de poder ofrecer, en el menor tiempo posible, los mejores servicios a sus usuarios y, de este modo, lograr que estos las disfruten en las mejores condiciones.
La complejidad de todos estos contratos hace necesaria una completa formación que capacite de manera integral a los jefes y a los técnicos de obras de conservación y de mejora de las carreteras, a fin de que puedan ofrecer el mejor servicio posible al coste más ajustado para el cliente.
Completar con éxito el Curso de Encargado COEX (Conservación de Carreteras y Explotación de Carreteras) resulta imprescindible para que los trabajadores de las empresas especializadas en este tipo de servicios puedan realizar su labor de una forma eficaz y coordinada, cumpliendo los requisitos que se marcan desde la administración (que es la que encarga y coordina los trabajos), para ejecutar eficazmente los trabajos de explotación y conservación de carreteras.
Este curso surge, por tanto, ante la conveniencia de complementar la formación inicialmente preparada para los operarios con información adicional adecuada para encargados, toda vez que estos habrán de ser quienes se ocupen de la organización última de las actividades, y deberán asumir las responsabilidades derivadas de la supervisión y dirección de los trabajos a pie de obra.
El encargado COEX deberá adquirir, además, conocimientos en materia de prevención de riesgos laborales tanto para comprender mejor el funcionamiento de la gestión preventiva, como para tomar conciencia del papel que le corresponde asumir en el adecuado desarrollo de la misma.
A través de este curso, se busca complementar la información dispuesta en los itinerarios formativos, aportanto a los operarios datos adicionales a fin de que puedan ocuparse con solvencia de las labores encomendadas a los encargados, toda vez que a ellos corresponde la organización última de las actividades y la asunción de las responsabilidades derivadas de la supervisión y drección de los trabajos a pie de obra.
Este curso está orientado principalmente a aquellos operarios, capataces o encargados del ámbito de la conservación de carreteras que aspiren a promocionar laboralmente.