Junto al avance de las nuevas tecnologías de la información (TIC), que propician una globalización casi absoluta y el acceso a productos y servicios provenientes de cualquier lugar del mundo en el momento deseado, también se ha ido produciendo un progresivo cambio en el perfil del consumidor, al que ya no es posible llegar, mayoritariamente y exclusivamente, a través de los medios de comunicación tradicionales. Es por ello que los profesionales del sector se están reinventando constantemente, a fin de lograr conectar con públicos cada vez más exigentes e informados, que huyen de las estrategias agresivas e invasivas en las que no se atiende realmente ni a sus intereses ni a sus necesidades; y que son capaces de seguir nuestra huella digital y de descartarnos incluso antes de acceder a la información oficial sobre nuestros productos o servicios.
Las redes sociales, actualmente uno de los canales con mayor poder de prescripción, se han convertido en una gran oportunidad en este sentido; pero también suponen un gran peligro si no se hace una gestión correcta de las mismas. Por tanto, para lograr despuntar y obtener un buen posicionamiento y una excelente imagen de marca, resulta imprescindible conocer cuáles son sus reglas de juego. No en vano, configuran un espacio y una manera propias de relacionar a consumidores y a empresas.
El e-marketing y el social media marketing han llegado para quedarse, e incluso el e-commerce está logrando vencer las reticencias iniciales de muchos compradores, que disfrutan ya de las ventajas que supone el adquirir aquello que precisan sin tener que desplazarse o sin necesidad de esperar largas colas; y, todo ello, sin tener que renunciar ni a las garantías que les ofrecen los establecimientos físicos ni a la seguridad en sus transacciones comerciales, puesto que, en este sentido, trabajan intensamente tanto las empresas como el Gobierno, que, con la aprobación de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio Electrónico (LSSI), aporta las reglas necesarias para el uso y disfrute de la red, así como para la posible actividad económica generada en torno a la compra y venta de todo tipo de productos y servicios, a fin de que la experiencia resulte positiva, segura y confiable.
Las herramientas que el social media pone a disposición de las empresas constituyen, por tanto, piezas clave fundamentales dentro de los planes estratégicos y de venta, sea cual sea el tamaño de la compañía y su capacidad para dar respuesta a las necesidades del mercado. Y esto es posible debido al hecho de que, mediante su uso, no solo se logra la proyección de aquellas firmas que más invierten en su estrategia online, sino que las redes sociales ofrecen la posibilidad de optimizar al máximo el acceso a nuestro público objetivo, lo que las convierte en una opción a tener en cuenta desde apuestas de comunicación modestas, cuyo impacto dependerá de si son o no cuidadosamente planteadas. Para ello, simplemente es preciso conocer a nuestros clientes potenciales, identificando para ello sus intereses y su modo de relacionarse en red, y saber cómo aprovechar al máximo el potencial de las herramientas online disponibles, a fin de centrarnos en aquellas que mejor concuerden con nuestras necesidades de comunicación.
Un buen community manager será capaz de gestionar, moderar y desarrollar comunidades en torno a una marca, haciendo uso de los nuevos medios sociales. Para ello, habrá de ser creativo, y sumar a esta cualidad conocimientos sólidos acerca del sector en el que trabaja (el marketing online y la publicidad) y acerca del potencial de las tecnologías 2.0, en constante evolución. Todo ello le ayudará a ser resolutivo ante cualquier situación que se le pudiera plantear, algo que le ayudará a atajar cualquier incidencia que pudiera dañar la reputación online de la compañía para la que trabaje o generar una huella digital negativa de esta. Y, para ello, ha de ser también un gran comunicador, capaz de emitir mensajes persuasivos y de escuchar tanto a quienes forman parte de su red social como a los profesionales de la empresa que esté dando a conocer, pues constituyen una importante fuente de información que, a buen seguro, le ayudará conocer aún mejor qué define a la empresa a la que representa, cuál es su filosofía, qué tipo de productos son los más demandados, qué buscan sus clientes, qué echan en falta, qué les disgusta, etcétera.
Pero, además, el community manager ha de estar atento a su entorno, y analizar qué hace la competencia y cuáles son los intereses de los clientes potenciales a los que aún no ha logrado atraer. No puede olvidar que definir qué necesitan puede llevarle a mostrar aspectos interesantes aún no incluidos en la estrategia de comunicación corporativa; o descubrir carencias, a partir de las que la compañía podrá ajustar al máximo su oferta a la demanda real.
A través de este Curso de Experto Community Manager y Social Media, el alumno descubrirá todas las funciones que se espera que asuma un gestor de comunidades virtuales en el área del marketing y de la comunicación; las claves que ha de tener en cuenta para sacar el máximo provecho posible a su trabajo diario; las herramientas disponibles actualmente; etcétera.
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Este curso está pensado para todo aquel que quiera ser un profesional del community management; para responsables de pymes y a autónomos que quieran optimizar sus acciones en la red; y para profesionales que busquen completar su perfil.