Cuando el doctor Schopler comenzó a trabajar con personas con TEA (trastorno del espectro autista), la tendencia era derivar a quienes lo presentaban a centros asistenciales, algo que, a su juicio, era innecesario si se les enseñaba a vivir y a trabajar en la escuela, en casa y en la sociedad de una manera efectiva. Por tanto, prestó especial atención tanto a sus diferencias neurológicas como a sus capacidades para diseñar un sistema que contribuyese a acrecentar progresivamente su autonomía. Se trata del Método TEACCH (Treatment and Educatrion of Autistic an Related Communicatioon-Handicapped Children), que es especialmente adecuado para personas con autismo y con problemas de la comunicación; y que es preciso que conozcan sus familiares, cuidadores y docentes, puesto que su labor es fundamental para que puedan progresar.
Propuesto en la década de los setenta del pasado siglo XX, el Método TEACCH plantea un sistema de enseñanza estructurada, a partir del cual se organizan las tareas. Y, para ordenarlas, se sirve de las siguientes evidencias: las personas con TEA tienen preservadas sus habilidades visioespaciales (esto es, su capacidad para representar, analizar y manipular objetos mentalmente) y entre sus puntos fuertes está su memoria mecánica; de ahí, precisamente, que su aprendizaje se dé por repetición. Tener esto presente, resultará muy útil a los profesionales que trabajen con ellas y a sus familiares, que, al considerar las variables espacio, tiempo y sistema de trabajo y al contribuir a eliminar la incertidumbre, estarán favoreciendo su aprendizaje y estimulando que su autonomía sea creciente.
En este curso, en el que se abordará la aplicación en el aula del Método TEACCH, nos centraremos en la necesidad de ofrecer a las personas con TEA apoyos visuales, una estructuración temporal que contribuya a minimizar el malestar que les ocasiona la incertidumbre y una estructuración física que les "informe" acerca de qué actividad corresponde a cada zona, de modo que espacios que a priori les pudieran parecer caóticos, con la consiguiente ansiedad que esto conllevaría, lleguen a ser para ellas coherentes y organizados, y favorezcan así su progresiva autonomía.
Partiendo de particularidades de las personas con TEA y abordándolas como oportunidades para la mejora, estaremos en condiciones de poder diseñar nuestros propios recursos y materiales y de prestar, así, la atención específica que cada caso, en función de sus singularidades, requiera.
Una vez que haya finalizado con éxito este curso, el alumnado:
Este Curso del Método TEACCH. Aplicación en el Aula y en el Centro está dirigido a profesionales del ámbito de la psicología, la logopedia, la pedagogía, la salud, la educación y la acción socio comunitaria. Y, por supuesto, busca satisfacer las necesidades formativas de los familiares de pacientes y de quienes trabajen como cuidadores de personas con TEA.