Aunque la aparición de nuevos materiales redujo su demanda, lo cierto es que, en el sector de la construcción, la madera lleva usándose desde tiempos inmemoriales, dada su gran resistencia y su durabilidad. No en vano, en ocasiones su capacidad de carga es incluso superior a la del acero y a la del hormigón; y, sometida a tratamientos adecuados, puede llegar a ser ignífuga o altamente resistente en entornos adversos. De hecho, puede mantener un buen estado de conservación incluso en ambientes húmedos, salinos y corrosivos.
A estas ventajas hay que sumar la certeza de que es francamente flexible y resistente a la tracción, por lo que, además de ser idónea para construir en el litoral, también es adecuada para edificar en zonas con alta actividad sísmica. Pero, a mayores, es preciso destacar otra cualidad más, su capacidad como termoaislante, que convierte a este material en uno de los más empleados en climas fríos, puesto que favorece un ahorro energético considerable, contribuyendo, así, a la sostenibilidad; un objetivo hacia el que también se avanza si, a mayores, se apuesta por emplear maderas procedentes de una gestión forestal responsable o por favorecer su reciclaje, como combustible, en el caso de que los daños que presente no permitan darle un nuevo uso.
Atendiendo a esto, cada vez son más los profesionales que están apostando nuevamente por incorporar la madera como material de construcción, puesto que, además, puede dejarse a la vista sin que ello menoscabe la funcionalidad estética de sus proyectos.
En todo caso, antes de utilizar madera y, evidentemente también, para garantizar su óptimo estado de conservación en estructuras preexistentes, es preciso conocer a fondo este material y las patologías que pudiera llegar a sufrir, a fin de contribuir a una protección preventiva del mismo, que propicie su durabilidad, independientemente de que el uso previsto sea servir como elemento estructural:
A medida que avance en la materia de este curso, el alumnado descubrirá las particularidades de este material; las patologías, daños y defectos que puede llegar a sufrir; las claves para evaluar la fiabilidad de las estructuras existentes, que han de mantener su capacidad portante, independientemente de las variables que le afecten; y las distintas técnicas de reparación y sustitución de materiales, al objeto de garantizar la seguridad de las estructuras y, con ella, de los usuarios de las mismas.
Este curso además es válido conforme al nuevo Código Estructural que entró en vigor el 10 de noviembre de 2021.
El objetivo de este curso es aportar al alumnado los conocimientos necesarios para contribuir a prolongar la vida útil de las estructuras de madera que proyecte o supervise; y para que, una vez detectados daños, deficiencias o patologías en los materiales o en los elementos de unión de los mismos, pueda definir cuáles serán las técnicas más adecuadas en cada caso, a fin de atajarlas y garantizar, con ello, que dichas estructuras mantengan su funcionalidad.
Para un aprovechamiento adecuado del contenido didáctico de este curso, es preciso que el alumnado cuente con conocimientos de partida en arquitectura o en ingeniería.
El contenido de este curso es adecuado para satisfacer las necesidades formativas de quienes quieran trabajar como patólogos e identificar así posibles deterioros o lesiones en estructuras de madera, y determinar los procedimientos necesarios para solucionarlos.