El incremento de la competencia en el sector de la construcción, derivado en buena medida del auge inmobiliario, exigió a las empresas ajustar al máximo sus costes para ofrecer a precios altamente competitivos el mejor servicio posible a sus clientes. De este boom, no se vieron únicamente beneficiadas aquellas constructoras y promotoras especializadas en la edificación de viviendas, sino también aquellas que centraban su actividad en obra civil. No en vano, antes del comienzo de la gran recesión que se inició en 2008, se incrementó sustancialmente la red viaria estatal. Es más, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, se promovieron distintos planes para atajar la situación y minimizar, en la medida de lo posible, los efectos de la crisis sobre el sector de la construcción. En cualquier caso, para poder presentar a concursos propuesta atractivas, tanto a nivel de proyecto como a nivel presupuestario, resultaba imprescindible aprovechar las ventajas aparejadas a la utilización de elementos prefabricados de hormigón, dado que valerse de ellos propicia un ahorro considerable en cuanto a tiempos de ejecución y, por tanto, en cuanto al coste final de cada obra.
Esto es debido a que la prefabricación permite diseñar y producir componentes y subsistemas en fábrica y, por tanto, en serie, para su ubicación final en otro punto, donde simplemente se ha de proceder al montaje de las piezas ya terminadas.
Las ventajas de apostar por el hormigón son conocidas desde tiempos inmemoriales. De hecho, se cree que ya en el año 7.000 antes de Cristo se utilizó este material (compuesto principalmente por cemento, agua y áridos) para erigir la antigua ciudad mesopotámica de Babilonia. No obstante, hasta la segunda mitad del siglo XX no hay una apuesta clara por aprovechar las ventajas de la utilización de prefabricados de hormigón para facilitar el montaje en el lugar de destino. En ello, incidió notablemente el avance tecnológico acaecido en las últimas décadas en los medios de fabricación y la aplicación de técnicas de producción que propician un alto rendimiento, asegurando, al mismo tiempo, el poder contar con la mayor calidad posible.
A lo largo de ese curso, dividido en cinco grandes módulos (Diseño; Fabricación; Montaje y Logística; Aplicaciones; y Tendencias Futuras), el alumno se familiarizará con:
Al finalizar este curso, el alumno estará capacitado para:
Este curso es adecuado para aquellos profesionales de la ingeniería, de la arquitectura y de la construcción que quieran profundizar en el diseño, fabricación y empleo de elementos prefabricados de hormigón.