La comunicación ha cobrado un papel preponderante en el sector empresarial, donde ya no es suficiente con ofrecer productos y servicios de calidad a un precio ajustado, sino que es imprescindible ir más allá. La globalización ha sido la gran responsable, dado que, gracias a las nuevas tecnologías, las empresas no solo tienen acceso a casi cualquier mercado, sino que han de enfrentarse también a una competencia cada vez mayor y mejor cualificada para dar respuesta a las necesidades de los consumidores. De ahí la importancia de sobresalir y diferenciarse, creando una identidad corporativa que, junto con una conducta adecuada, genere una imagen capaz de atraer a un público objetivo cada vez más exigente y que, al contrario que otrora, ya no permanece fiel a una marca, sino que está en continuo movimiento buscando nuevas y mejores propuestas.
Ante esta situación, hoy en día las empresas se ven obligadas a reinventarse constantemente y a explorar todo el potencial que, para lograr este propósito, les ofrece la comunicación. De ahí el peso que están adquiriendo los departamentos ligados a este ámbito y al del protocolo. Todos ellos han de actuar conjuntamente para determinar tanto el mensaje a transmitir como el modo en el que se expresará, dado que cada acción ha de estar en consonancia con la política de comunicación integral definida para la organización. Es más, estas áreas habrán de trabajar para lograr que todos los sujetos que, de un modo u otro, hacen posible la compañía, interioricen la línea a seguir, de forma que, sin pensarlo siquiera, sean capaces de ajustarse a ella y de proyectar, así, una imagen unívoca y coherente con los objetivos empresariales.
Es preciso, para conseguirlo, concretar al máximo el protocolo de la empresa, puesto que, si bien existen usos y costumbres ineludibles, también es cierto que es recomendable definir las claves que habrán de caracterizar la conducta corporativa, algo que, a buen seguro, reportará a la compañía grandes alegrías, puesto que, así, esta será capaz de proyectar la imagen deseada en los medios de comunicación, de granjearse las simpatías de la ciudadanía en su ámbito de influencia, de lograr importantes alianzas o de cerrar negocios que, por su potencial, le resulten interesantes.
Para beneficiarse de las ventajas de implantar una política de comunicación integral adecuada, es preciso cuidar múltiples aspectos, que, pese a ser dispares, forman parte de un todo a considerar. Así, habrán de mimar desde la atención telefónica hasta la recepción de visitas, los viajes de empresa, la organización de eventos o la participación en ferias y congresos. Y, para ello, es imprescindible que cuenten con personal altamente cualificado en la materia. De lo contrario, los esfuerzos podrían resultar baldíos.
A través de este curso, se busca dotar al alumno de las herramientas necesarias para:
Este curso, con una clara orientación práctica, está impartido por profesionales con una amplia experiencia en comunicación y protocolo, que darán apoyo al alumno para que, al término de su formación, pueda ejercer como técnico de protocolo en el ámbito del sector privado.
El objetivo principal de este curso es dotar al alumno de las herramientas necesarias para:
Este curso está pensado para responsables de la realización de presentaciones grupales, de actos empresariales e institucionales, de organización de eventos con un marcado acento protocolario, etcétera.