Conocer a fondo las particularidades de un terreno, en relación al tipo de construcción que se prevea edificar sobre el mismo y al entorno en el que se ubica, es fundamental para poder realizar un dimensionamiento de sus cimientos acorde a las exigencias previstas. De ahí, precisamente, la relevancia de contar en la fase inicial del proyecto, antes de que la estructura esté totalmente dimensionada, con estudios geotécnicos que recojan todos los datos pertinentes en relación con las peculiaridades y problemas del emplazamiento, inestabilidad, deslizamientos, uso conflictivo previo, obstáculos enterrados, configuración constructiva y de cimentación de las construcciones limítrofes, información disponible sobre el agua freática y pluviometría, antecedentes planimétricos del desarrollo urbano y, en su caso, sismicidad del municipio, atendiendo, para ello, a lo especificado en la Norma de Construcción Sismorresistente NCSE vigente.
Interpretar adecuadamente toda esa información, es, por tanto, primordial de cara a planificar y dimensionar correctamente excavaciones y cimentaciones capaces de soportar la estructura a construir y de hacer frente a todo tipo de contingencias previsibles. No en vano, las conclusiones del estudio geotécnico pueden afectar al proyecto en cuanto a la concepción estructural del mismo, y al tipo y a la cota de los cimientos a diseñar.
Así, teniendo en cuenta las particularidades del terreno y atendiendo a la interacción que previsiblemente se producirá entre el suelo y la estructura que sobre él se levante, será posible promover aquellas mejoras o refuerzos que pudieran ser necesarias; dotarlo de anclajes correctamente dimensionados; y definir los elementos de contención apropiados a la situación a atajar, antes, incluso, de que se produzca.
Al trabajar sobre un terreno y proyectar las cimentaciones necesarias para garantizar la seguridad de cualquier infraestructura, además de abordar las peculiaridades a considerar en cuanto al suelo, será preciso profundizar también en los distintos elementos de contención existentes; esto es, en las pantallas (continuas de hormigón, de pilotes o de tablestacas) y en los muros (de gravedad, de gravedad aligerados, de contrafuertes, en L o en ménsula, de sótano y realizados por bataches a medida que se ejecuta la excavación). Al decantarse por uno u otro, es preciso tener en cuenta que:
Conocer las particularidades del terreno, de los distintos elementos de contención y de los métodos usuales para garantizar su funcionalidad, es clave de cara a elegir el adecuado a las necesidades específicas del proyecto y realizar un correcto dimensionamiento de los mismos. De ahí este curso, en el que se estudiarán en profundidad ambas cuestiones, al objeto de garantizar que, durante la vida útil de las estructuras proyectadas, estas mantengan su capacidad portante y su aptitud al servicio de la cimentación, minimizando, con ello, los riesgos derivados de un cálculo inadecuado o de la incidencia de variaciones que podrían ser fácilmente previstas.
Al término de su formación en la materia, el alumnado podrá interpretar los datos arrojados por los estudios geotécnicos referidos al área sobre la que trabajar; proyectar los sistemas de contención oportunos, en función de las peculiaridades de la zona y de la funcionalidad prevista para la construcción; y garantizar la seguridad de la misma, de los inmuebles y estructuras colindantes, y de los operarios que particpan en el proceso constructivo.
Para un mejor aprovechamiento del curso es preciso que el alumno cuente con conocimientos de partida en ingeniería o arquitectura, de ahí que se deba estar en posesión de dichas titulaciones.
Este curso es adecuado para ingenieros que trabajen en el ámbito de la proyección de sistemas de contención de suelos y la construcción, para arquitectos y aparejadores, y para profesionales de empresas de ingeniería, de construcción, y de estructuras y cimentaciones.