Un accidente puede acaecer en cualquier ambiente y circunstancia (trabajo, hogar, juego, ocio...) y este, en algún caso, puede llegar a ser grave por sus consecuencias inmediatas. En otros, sin embargo, podría suceder que lesiones que parecen leves en un primer momento pudieran llegar a desembocar en serias complicaciones. De ahí la importancia de prestar pronta ayuda ante la emergencia. No obstante, pocas veces se da la circunstancia de que, próximo al accidentado, esté dispuesta una unidad sanitaria dotada con el equipo de medios e instrumental adecuados para atenderla. Y, con frecuencia, desde que se produce el accidente hasta que se atiende a la víctima, pasan minutos o incluso horas, si el acceso al lugar del siniestro es complicado.
Este tiempo es esencial, puesto que de cómo se presten los primeros auxilios puede depender la salud, la integridad física o la vida de las víctimas.
En el medio laboral, la situación es exactamente la misma. El accidente puede sobrevenir en el taller, en la oficina, en la obra, etc. Así, si se produjera en una mina, por ejemplo, podrían pasar horas hasta que el equipo de rescate logre acceder al punto en el que está el accidentado; o, si acaeciese en una embarcación, el estado de la mar u otras circunstancias, como un fuerte temporal o la distancia a tierra, podrían dificultar la llegada de buques o, debido a lo limitado de su autonomía, de helicópteros de salvamento. Por tanto, hasta que un médico acceda al lugar del siniestro, pueden suceder muchas cosas, lo que hace necesario, por tanto, que los compañeros de trabajo sepan qué hacer para salvar una vida que está en peligro o para, al menos, contribuir a aminorar los daños de los accidentados.
Con los primeros auxilios no solo se atienden, como algunos creen, los casos de extrema gravedad. A veces, por ejemplo, es preciso curar heridas, que, si bien, por ejemplo, no impiden trabajar, podrían a llegar a ocasionar infecciones y estas, a su vez, podrían llegar a causar problemas serios al accidentado si no es atendido adecuadamente.
Como deber humanitario, es obvio que se debe acudir en socorro de todo accidentado. No en vano, el Código Penal español recoge en su Título IX (artículos 195 y 196) las posibles consecuencias derivadas de la omisión del deber de socorro. En todo caso, parece que la necesidad se hace más apremiante cuando nos hallamos ligados por lazos familiares, de amistad o trabajo.
Sea como fuere, la simple buena intención no basta y, en ocasiones, una actuación inadecuada puede significar consecuencias nefastas. De ahí la necesidad de conocer cómo atajar cualquier situación, a fin de que los nervios y la urgencia no nos lleve a asumir riesgos cuyas consecuencias pudieran llegar a ser nefastas.
A través de este curso, el alumno aprenderá nociones básicas y esenciales sobre primeros auxilios, a fin de que pueda hacer frente de manera efectiva y segura a diversas situaciones de emergencia a las que podría tener que enfrentarse en cualquier situación cotidiana.
Los principales objetivos de este curso son lograr que, de un modo sencillo, el alumno:
Este curso es útil para cualquier persona, dado que todo ciudadano tiene el deber de socorro y saber atajar cualquier emergencia a la espera de ayuda experta puede ser fundamental.