La actividad empresarial ha evolucionado de tal manera en el último siglo que, hoy en día, los principales factores responsables del éxito de una compañía ya no son la apuesta por la fabricación masiva o por la implementación de sistemas de producción ajustada, sino que, ante el fácil acceso a las tecnologías más punteras a precios cada vez más asequibles, el reto se centra en la elección y formación del mejor equipo humano posible y en la gestión de la información disponible. Trabajar en este sentido contribuye a favorecer la consecución de una producción just in time (justo a tiempo, de la que fue pionera Toyota), de una reducción de los despilfarros o de una mejor gestión de los cuellos de botella, minimizando, de este modo, los costes de fabricación (principalmente aquellos ligados a las áreas de compras y almacenaje). Por todo ello, esta labor de recopilación y análisis de datos impulsa también a las empresas hacia la mejora continua y allana su camino hacia la calidad total.
Asimismo, una correcta gestión de la información, tanto propia como ajena, permite agilizar la toma de decisiones, puesto que los datos están disponibles prácticamente en tiempo real, lo que propicia atajar rápidamente posibles situaciones de crisis e incluso descubrir oportunidades de negocio y hacer pronósticos acerca de su viabilidad antes de embarcarse en nuevos proyectos.
A mayores, la constante mejora en cuanto a las tecnologías de la información (TI) propició también un notable avance, ligado a la búsqueda de soluciones para el mercado y a la apuesta de las compañías más punteras en este sector por adelantarse a las necesidades del mismo, en cuanto a la gestión de proyectos. Así, en las últimas décadas, se han ideado numerosas herramientas, métodos y procedimientos destinados a la optimización de los procesos, al permitir definir cuáles han de ser las fases, los tiempos y los recursos a emplear para acometer cada proyecto. Y, precisamente por este motivo, su uso se han convertido en un instrumento fundamental para lograr una gestión y dirección de proyectos eficiente en todo tipo de empresas, independientemente de sus dimensiones.
Las nuevas tecnologías de la información, por tanto, no solo propician una mayor eficiencia de las empresas, sino que les permiten disponer de una amplia fuente de conocimiento que, hoy en día, es imprescindible para el funcionamiento de cualquier organización. Saber aplicar las metodologías, buenas prácticas y recomendaciones adecuadas a cada situación impulsa la competitividad y la productividad necesarias para la supervivencia de las empresas, motivo por el cual la gestión de proyectos no puede depender de un único sujeto. Además, dicha dirección ha de ser sometida a control y vigilancia, a fin de favorecer la mejora constante.
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Este curso es adecuado para jefes de proyectos, consultores, analistas, técnicos y gestores, y a todo tipo de personas interesadas en conocer cómo se acomete una correcta gestión y dirección de proyectos.