El éxito de las ventas en establecimientos físicos depende, principalmente, de la imagen que proyecte el negocio. De ahí que, además de formar adecuadamente a su equipo, para favorecer que el cliente se sienta tan cómodo que quiera volver y repetir su experiencia de compra, las empresas apuesten fuertemente por ofrecer una imagen que, desde el escaparate hasta el interior del negocio, sea coherente y atractiva. Esto, hoy en día, resulta fundamental para el comercio minorista, debido principalmente a tres factores que están afectando notablemente a sus ventas:
Para mantenerse en el mercado, por tanto, los emprendedores que apuesten por una tienda física han de idear escaparates que causen un alto impacto y, al igual que hacen las grandes marcas, lograr con sus propuestas que los viandantes se detengan a contemplarlos, algo en lo que influye no solo el tipo de producto presentado, sino también el propio diseño del espacio. Alcanzar este objetivo resulta especialmente complejo, y más aun teniendo en cuenta que, según algunos estudios, el tiempo máximo del que dispone un escaparate para captar la atención es únicamente de siete segundos en el caso de los peatones y de tres si los clientes potenciales viajan a bordo de algún vehículo.
A esto se habrá de sumar también el hecho de que, normalmente, los establecimientos se sitúan en zonas comerciales y, como consecuencia de ello, los transeúntes recibirán todo tipo de estímulos que pueden desviar su mirada hacia otros negocios cuyo aspecto estético resulte más adecuado a sus preferencias, intereses o necesidades. De ahí, precisamente, la importancia de la imagen exterior que proyectemos, que, de ser atractiva, puede llegar a generar expectación, propiciando que nuestro público objetivo esté atento a nuestros cambios y que, cuando estos se produzcan, se detenga ante nuestro escaparate, una acción que constituirá, a su vez, un reclamo para otros clientes potenciales.
No obstante, el cuidado de los aspectos estéticos del negocio no se puede limitar a la imagen que se muestra al exterior, sino que esta ha de ser un reflejo de lo que los consumidores hallarán en el interior del negocio. La presentación del escaparate, un medio de comunicación fundamental que "vende" 24 horas al día y 365 días al año, es solo el primer paso para atraer clientes. Por tanto, es necesario conocer también las principales estrategias del visual merchandising, puesto que tienen en cuenta aspectos que redundan en favorecer las ventas aunando, para ello, funcionalidad y estética, a fin de guiar al consumidor en su proceso compra, de tal manera que la experiencia sea altamente satisfactoria.
A través de este Curso de escaparatismo y visual merchandising, se mostrará a los alumnos cómo utilizar el atrezo del que dispongan para crear decoraciones que doten de atractivo a sus escaparates y realcen sus productos, captando la atención de su público objetivo, generando interés y deseo, y moviéndolo hacia la acción de compra. Para lograr este objetivo, los alumnos:
Completar satisfactoriamente este curso, propiciará que, a su término, el alumno se acerque a las nuevas tendencias en escaparatismo y sepa cómo:
Este curso está dirigido para todas aquellas personas que dirijan un negocio o se ocupen de definir la imagen a proyectar, y para quienes aspiren da desarrollar una carrera profesional ligada al visual merchandising.