Tener presente la responsabilidad social de sus acciones ha ido adquiriendo un peso cada vez mayor en el ámbito de las organizaciones, que trabajan en aras de conseguir una mayor eficiencia en cuanto a la consecución de sus objetivos sociales, económicos y ambientales; y también en el de los gobiernos, que secundan con sus propuestas públicas y privadas el avance hacia dicha responsabilidad social corporativa. Así, el debate de partida se ha centrado en qué se puede entender por organización socialmente responsable, teniendo en cuenta, para ello, que tal y como se especifica en la ISO 26000, "el objetivo de la responsabilidad social es contribuir al desarrollo sostenible"; y esto, a su vez, exige "asegurar ecosistemas saludables, equidad social y buena gobernanza" por parte de las organizaciones, que hoy en día han de hacer frente a un escrutinio cada vez más exigente de sus accionistas, de la sociedad y de las futuras generaciones. De ahí que un buen desempeño redude positivamente sobre su reputación; sobre su capacidad para atraer talento y mantener la motivación, el compromiso y la productividad de sus empleados; sobre la percepción que sobre ella tienen sus inversionistas, propietarios, donantes, patrocinadores y comunidad financiera; y sobre sus relaciones con otras empresas, con las administraciones públicas, con los medios de comunicación, con sus proveedores, con organizaciones pares, con clientes y con la comunidad en la que operan.
Para avanzar en este sentido, y contribuir a un mejor posicionamiento de las organizaciones, redundando positivamente sobre su competitividad, las entidades pueden servirse de los sistemas de gestión propuestos por ISO (Organización Internacional de Normalización); pero, además, es conveniente que presten también atención a las propuestas GRI STANDARDS (Global Reporting Initiative), dado que sus estándares económicos, ambientales y sociales ponen de manifiesto cuáles son las mejores prácticas de sostenibilidad a implementar a nivel global; y permiten la elaboración de informes de sostenibilidad que aportan una valiosísima información acerca de las contribuciones positivas y negativas de las organizaciones al objetivo de la apuesta decidida por el desarrollo sostenible.
En este curso se aboga por una reflexión orientada hacia el "cómo" de las empresas en concreto, más que a la siempre difícil concreción del "porqué". De hecho, se busca que el completo contenido didáctico que lo conforma sirva de guía introductoria a aquellas empresas españolas que aspiran a poder llegar a aplicar políticas de RSC tanto en su gestión operativa como en su planificación estratégica, teniendo en cuenta, para ello, todas las variables de implantación necesarias y las políticas de obtención de rendimiento de dicha implantación.
Al finalizar este curso, el alumno habrá entendido el concepto de responsabilidad social corporativa (RSC) y empresarial, y las ventajas de la aplicación de políticas encaminadas a su consecución; y, en consecuencia, sabrá:
Este curso es adecuado para quienes lideran la gestión y las relaciones de la organización con la sociedad, y para quienes tienen responsabilidades en alguna de las dimensiones de la RSC, en departamentos de responsabilidad social, de gestión de la calidad, de gestión ambiental, de comunicación, de reputación corporativa, de relaciones con inversores, de acción social, de RRHH, de marketing, etc.