Toda actividad humana genera contaminación ambiental, por lo que, dada su repercusión innegable sobre el entorno, es cada vez más evidente que es preciso conocer cómo minimizarla, especialmente en el caso de las organizaciones de carácter empresarial, sea cual sea el sector económico en el que operen. No se puede olvidar, en este sentido, que, además de generar residuos sólidos y de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera, el comercio y la industria también pueden ser responsables de otros tipos de contaminación, que, pese a que sus consecuencias son a priori menos evidentes (como en el caso de la acústica), también perjudican sustancialmente a los ecosistemas propios de su ámbito de influencia. Es más, incluso determinadas prácticas ligadas al sector primario, pueden llegar a afectar gravemente al suelo o a los principales recursos hídricos y, por ende, a la salud humana y a la del resto de seres vivos. De ahí que, para atajar su incidencia, haya de ser abordada desde un prisma global que permita afrontarla en su conjunto; y esto exige dotar a la empresa de los mecanismos y herramientas necesarios para eliminarla o, cuando menos, reducirla.
La creciente conciencia medioambiental, junto con exigencias legales y administrativas cada vez más rigurosas, ha contribuido a que la contaminación generada por el comercio y la industria se haya visto reducida sustancialmente en los últimos años. No en vano, son cada vez más las personas que exigen que los productos que consumen sean generados por entidades que apuesten por fomentar una responsabilidad social corporativa creciente; y son, también, cada vez más los mercados que demandan a las empresas un compromiso firme con el medioambiente, que, de no cumplirse, les impide el acceso a los mismos.
A alcanzar este objetivo de reducción de la contaminación, contribuyó sustancialmente el diseño, creación y puesta en marcha de instalaciones diseñadas específicamente para favorecer este propósito. Por tanto, son cada vez más las organizaciones que precisan profesionales con formación en ingeniería medioambiental con un perfil que suem, a estos conocimientos, los relativos a los métodos de reducción de la contaminación actualmente existentes, así como los vinculados al uso y mantenimiento de los mismos.
De este modo, al contar con el asesoramiento de personal altamente cualificado en la materia, podrán hacer frente tanto a las exigencias sociales como a las legales, que, en la última década, se han hecho cada vez más rígidas, al llegar a implicar incluso la imposición de sanciones civiles y penales a las industrias contaminantes.
A lo largo de este Curso Superior sobre Contaminación Ambiental se tratan desde una doble perspectiva, práctica y legal, los diferentes tipos de contaminantes y sus sistemas de depuración más habituales, así como las exigencias legales y administrativas que deben cumplir todas las empresas; por tanto, a su término, el alumno estará capacitado para actuar con solvencia como asesor, interno o externo, en lo tocante a los procesos de depuración a desarrollar en cualquier tipo de empresa.
Al término de su formación, el alumno estará capacitado para:
El contenido de este curso es adecuado para profesionales y estudiantes del ámbito medioambiental que aspiren a conocer las técnicas de reducción de las acciones contaminantes en cualquier vertiente.