La trazabilidad tiene una especial relevancia para el sector pesquero, dado que, además de contribuir a la seguridad alimentaria, al permitir la rápida detección de aquellos productos que pudieran ser potencialmente inseguros y su inmediata retirada del mercado (al objeto de evitar que lleguen al consumidor final), también propicia la mejora de los controles. De este modo, es factible limitar al máximo la comercialización de capturas procedentes de la pesca ilegal y contribuir, por tanto, a la sostenibilidad de los recursos, dado que los productos comercializados han de contener toda la información necesaria para que el consumidor final conozca datos tan relevantes como la fecha y la procedencia de aquello que compra, que le permitirán comprobar si en la zona de pesca hay establecida alguna veda o si, por ejemplo, se ha producido algún vertido contaminante.
La trazabilidad, un requisito legal desde el 1 de enero de 2005 en todas las empresas alimentarias de la Unión Europea, se ha convertido en una herramienta imprescindible para el cumplimiento de las normas de la Política Pesquera Común (PPC); y sus beneficios son tan claros que, en todos los encuentros y foros del sector a nivel estatal e internacional, se apunta la necesidad de incrementar el control de cara a garantizar que toda la información que desde los barcos se aporta aparezca fielmente reflejada también en el punto de venta al público y esté disponible, por tanto, para el consumidor final.
El concepto de trazabilidad lleva inherente la necesidad de identificar todos los productos de la pesca para que puedan ser trazables en todas las fases de las cadenas de producción y comercialización, desde la captura hasta la fase de la venta al por menor, para que en cualquier momento se pueda reconstruir el historial del producto. A este respecto, se hace fundamental el intercambio de información entre los diferentes eslabones de la cadena alimentaria. De ahí que, en ocasiones, no se plasme íntegramente en el punto de venta, generando incertidumbres en el consumidor final y afectando especialmente a los productos nacionales y europeos, para cuya comercialización se han de afrontar normativas mucho más rigurosas que las que se imponen a barcos procedentes de otras latitudes.
En cualquier caso, atendiendo a lo estipulado en el artículo 18 del Reglamento (CE) 178/2002, que alude a la obligatoriedad de implementar la trazabilidad en empresas alimentarias, existen una serie de documentos de obligado cumplimiento a lo largo de toda la cadena de producción del pescado, desde su extracción hasta su venta al por menor, para facilitar este intercambio de información.
A medida que avance en la materia de este curso de Trazabilidad y Seguridad Alimentaria en el Sector Pesquero, el alumno descubrirá los procesos implicados en la comercialización de pescado fresco, congelado o en conserva, o de productos del mar elaborados o semielaborados, y los sistemas de trazabilidad existentes para realizar la aplicación que más se adecue a cada empresa.
A mayores, si quiere completar su formación con respecto a este tipo de controles, podrá hacerlo con ACEDIS, que pondrá a su disposición un amplio catálogo de cursos vinculados con esta materia; concretamente:
Una vez que complete su formación en la materia de este curso, el alumno conocerá:
Este curso se adecua a las necesidades formativas de todos aquellos profesionales cuya labor tenga relación con los alimentos; y, en general, de aquellas personas que se quieran conocer el mundo alimenticio.