Una de las demandas de la sociedad actual, en el que numerosos colectivos apuestan por empoderarse y reclamar su espacio en la esfera pública, es la necesidad de apostar por un lenguaje correcto e igualitario, en el que se atienda a la diversidad y a partir del cual se reconozca el derecho de toda persona a ser reconocida y a sentirse representada. Es por ello que cada vez son más los organismos públicos y privados que estudian esta cuestión, a fin de dar una respuesta satisfactoria a la misma. Y, mientras que unos se centran prioritariamente en el objetivo de avanzar hacia un lenguaje no sexista (como ONU Mujeres, que subraya que el lenguaje con sensibilidad de género se refiere a aquel "que coloca a mujeres y hombres al mismo nivel y que no conlleva estereotipos de género"; o como los distintos Observatorios de Igualdad), otros ponen también de manifiesto la necesidad de establecer pautas con conduzcan a evitar la discriminación social. Es, por ejemplo, el caso del Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia que, junto con la Universidad de Santiago de Compostela (USC), ha ideado una guía, en la que se refiere cómo abordar cuestiones sensibles (como son el empleo, el comercio justo, el racismo e incluso el medio ambiente y las catástrofes y emergencias), al tiempo que se aborda la responsabilidad de los medios de cara al uso de un lenguaje no sexista y de cara a mejorar la información referida a personas menores (y la información que se les ofrece), mayores, en situación de pobreza, pertenecientes a la comunidad LGTB, migrantes, privadas de libertad, con capacidades diversas, etcétera.
El ámbito sobre el que trabajar, para avanzar hacia un lenguaje inclusivo y no discriminatorio, que atienda todo tipo de necesidades y particularidades, es, por tanto, amplísimo; y exige una actuación urgente, tal y como se deduce de lo expuesto por múltiples organismos e instituciones tanto en el ámbito nacional como en el internacional. Así, por ejemplo, la Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica (COCEMFE) ha publicado un documento relativo al Lenguaje Inclusivo en el que hace referencia a las distintas pautas a considerar para referirse a las personas con discapacidad de un modo correcto, respetuoso y consensuado y a la vez avanzar en la igualdad de mujeres y hombres utilizando un lenguaje no sexista; y la ONCE cuenta, a su vez, con su propia Guía para el uso no sexista del lenguaje.
En cualquier caso, la RAE (Real Academia de la Lengua Española) considera que "*la actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia, y complican innecesariamente la redacción y lectura de los textos.
El uso genérico del masculino", prosigue, "*se basa en su condición de término no marcado en la oposición masculino/femenino. Por ello, es incorrecto emplear el femenino para aludir conjuntamente a ambos sexos, con independencia del número de individuos de cada sexo que formen parte del conjunto. Así, los alumnos es la única forma correcta de referirse a un grupo mixto, aunque el número de alumnas sea superior al de alumnos varones**".
A lo largo de este Curso de Lenguaje Inclusivo, el alumnado descubrirá las consideraciones a de tener en cuenta para apostar por un lenguaje inclusivo y no discriminatorio, al tiempo que se acercará a las distintas posiciones que, actualmente, se defienden en esta materia.
Al término de este curso, el alumno conocerá:
El contenido de este curso es adecuado para cuantos quieran conocer las características del lenguaje inclusivo, a fin de incorporarlo en su día a día o de implementarlo en el ámbito institucional u organizacional en el que trabaje.