Implementar sistemas de gestión adecuados a cada proceso de la cadena alimentaria es esencial para cualquier empresa del sector, que ha de garantizar la salud del consumidor y cumplir la normativa vigente.
La presencia no declarada de un alérgeno en un alimento se considera un peligro de intoxicación alimentaria y lleva aparejadas responsabilidades penales. De ahí la importancia de conocer cómo informar al consumidor.
Las gravísimas consecuencias ligadas dal consumo de determinados productos por parte de personas sensibles a los mismos exige una mayor atención en cuanto a la gestión del riesgo de alérgenos por parte de la empresa alimentaria.
La implantación de un Sistema de Análisis de Peligros y Puntos Críticos de Control es imprescindible para poder satisfacer los requisitos legales en materia de seguridad e higiene alimentaria.
Las consecuencias de una inadecuada manipulación de las materias primas alimentarias y de los productos elaborados pueden ser nefastas para el consumidor, de ahí que el sector de la hostelería necesite formación específica.
Trabajar con alimentos exige contar con conocimientos específicos a fin de evitar, mediante buenas prácticas, una manipulación inadecuada de los mismos, que podría derivar en riesgos para los consumidores.
Toda empresa alimentaria debe contar con sistemas adecuados para identificar y controlar los peligros que puedan afectar a la seguridad alimentaria, y el estándar BRC es uno de los modelos más utilizados para lograrlo.
Conocer los principales métodos de conservación de los alimentos permitidos por la normativa vigente y los requisitos legales para su etiquetado es fundamental de cara a garantizar la seguridad alimentaria.
Para la industria alimentaria es prioritario garantizar la calidad y seguridad de sus productos y procesos. La norma ISO 22000 de Gestión de la Inocuidad de los Alimentos constituye una herramienta útil para lograrlo.
Garantizar la prevención de los riesgos alimentarios es fundamental en todas las etapas ligadas al ciclo de vida del consumible. De ahí que sea preciso conocer los riesgos específicos en transporte del mismo.
Empresas de distribución, mayoristas de productos alimenticios con la marca del distribuidor y fabricantes de productos alimenticios pueden constatar su apuesta por la calidad y seguridad con la acreditación IFS.
Los manipuladores de alimentos han de formarse en materia de seguridad e higiene alimentaria, a fin de que conozcan cómo evitar las graves consecuencias que se podrían derivar de prácticas inapropiadas.
Extremar la precaución es fundamental en todas todas las etapas del ciclo de vida de los alimentos. Por tanto, para garantizar una correcta prevención es preciso conocer los riesgos específicos en la manipulación de alimentos en el comercio minorista.
El consumo de un alimento en mal estado puede tener consecuencias nefastas; de ahí la importancia de la prevención de riesgos y de garantizar la trazabilidad en todas las etapas, incluidas las intermedias.
La prevención es clave para evitar las consecuencias derivadas del consumo de bebidas en mal estado; de ahí la importancia de implantar sistemas de trazabilidad, que permitan su retirada antes de su comercialización.
El sector pesquero español acogió especialmente bien la apuesta por la trazabilidad, pues le permite diferenciar sus productos de aquellos que no cumplen con los requisitos normativos que a él se le exige.
Sus particularidades hacen preciso establecer una serie de criterios de cara a garantizar la correcta trazabilidad de los productos cárnicos y, por consiguiente, la seguridad alimentaria de los consumidores.
La alimentación incide especialmente sobre la salud pública, de ahí que cada vez sean más las personas que apuestan por productos ecológicos o que, al menos, exigen conocer el origen de lo que consumen.
Detallar el historial de cada producto, desde el origen de la materia prima hasta su comercialización, es especialmente importante en industrias como la del aceite, al contribuir a evitar fraudes.
El sector lácteo es especialmente sensible al concepto de trazabilidad; no en vano, este surgió como medida preventiva para garantizar la seguridad alimentaria ante los primeros contagios a humanos del mal de las vacas locas.
Siguiendo el Reglamento (CE) 178/2002, toda empresa vinculada al sector de la hostelería y a otros procesos de fabricación y venta de productos alimentarios ha de aplicar sistemas de trazabilidad a sus productos.
Implantar sistemas de trazabilidad en industrias de elaboración de harinas permite localizar productos inseguros y proceder a su inmediata retirada del mercado, para a evitar que lleguen al consumidor.
Implantar un Sistema de Trazabilidad permite localizar un producto inseguro de forma rápida y eficaz, y evitar así que se comercialice y llegue a su potencial consumidor final, ocasionándole serios trastornos.
La gravedad de los riesgos aparejados a una incorrecta manipulación de los alimentos, fundamental para garantizar la seguridad alimentaria, hacen imprescindible cuidar al máximo la higiene en hostelería.
Garantizar la seguridad es fundamental en la cadena alimentaria y, para lograrlo, la Fundación para la Certificación de Seguridad Alimentaria combinó la ISO 22000 y la ISO/TS 220002-1, creando la FSSC22000.
La implantación de sistemas de trazabilidad, atendiendo a la normativa vigente, permite la localización de productos inseguros y su pronta retirada del mercado, de cara a evitar que lleguen al consumidor.
Garantizar la calidad del agua y que esta sea apta para consumo humano exige conocer sus características y las claves de manipulación y tratamiento previos a su ingesta, a fin de evitar riesgos sobre la salud.
La prevención de los riesgos es fundamental en todas las etapas ligadas al ciclo de vida de los alimentos, desde el origen hasta su llegada al consumidor final. En este curso, se muestran los específicos en origen.
Un auxiliar o monitor de comedor escolar se encarga de las tareas relacionadas del servicio de comedor y transmitir a niños y padres la importancia de unos hábitos saludables en la alimentación.
Todas las empresas que operan en el sector de la hostelería están obligadas a contar con un sistema APPCC que, con carácter preventivo, ayude a identificar, evaluar y controlar peligros para la calidad alimentaria.